Bogotá es una ciudad apasionante, peeero… Colombia es muy grande y bonita, y tiene muchas cosas impresionantes que no se pueden dejar de visitar. Aunque yo estuve casi dos meses viviendo en Bogotá, y la experiencia fue completamente diferente a un turisteo al uso, hay básicos imprescindibles imprescindiblísimos que hay que ver, sí o sí. Allá vamos con un itinerario de tres días en la capital colombiana.
Día 1. Llegada y recorrer La Candelaria.
Lo ideal, idealísimo es que tu hostel / hotel / Airbnb / loquesea se sitúe en el barrio de La Candelaria. Aunque no es la zona más segura de la ciudad, si tienes cuidado y sentido común, es un lugar genial para alojarte: es el pleno casco histórico de Bogotá, y podrás ir caminando a casi todas las principales atracciones turísticas de la ciudad, además de disfrutar con su estilo arquitectónico colonial tan bien conservado.

Si llegas bien temprano por la mañana, yo te aconsejo que dejes tus cosas en el hostel, vayas a almorzar a eso de las 13:00 o 13:30 (si se te hace tarde, puede que te quedes sin almuerzo), y te des un paseo de reconocimiento por las calles de La Candelaria. Este barrio es sin duda la gran estrella de Bogotá, con sus callejuelas empedradas y su impresionante arte urbano.
Al igual que en la mayoría de ciudades latinoamericanas, ubicarse es sencillísimo: hay calles y carreras numeradas, en función de si su dirección es este-oeste o norte-sur, así que perderse es mucho más difícil que en una ciudad europea. Aún así, hazte con un mapa; la mayoría de los hostels te los dan gratis, y podrás localizar los puntos turísticos más importantes del barrio: el Museo del Oro, el Chorro de Quevedo, la plaza de Bolívar, el parque de los Periodistas…

Un buen plan para el primer día es comenzar en la plaza de Bolívar, y desde ahí recorrer parte de la Carrera Séptima, la vía principal y más importante de la ciudad, donde cada fin de semana puedes ver desde músicxs y artistas callejerxs, hasta artesanía de diferentes estilos, pasando por puestos de comida con arepas increíbles y vendedorxs de libros de segunda mano. En la Carrera Séptima, si caminas con los ojos bien abiertos, puedes ver muchos atractivos turísticos de la ciudad y edificios importantes: el Palacio de Nariño, el Capitolio Nacional de Colombia, el Colegio Mayor de San Bartolomé, la Catedral Primada de Colombia, el Palacio de Justicia, el Edificio Manuel Murillo Toro…, entre muchos otros. Como en cualquier zona céntrica y turística, mucho cuidado con tus objetos personales.
Para finalizar el día, es buena opción hacerse con una botella de chicha y bebérsela tranquilamente en el Chorro de Quevedo mientras va cayendo la noche. Esta plazuela, en plena Candelaria, es el centro de la vida alternativa de Bogotá, y en las calles que conducen a ella hay desde bares, pubs y restaurantes, hasta estudios de tattoos y tiendas de artesanía. Sea ahí tomando el fresco y disfrutando de lxs músicxs que suelen tocar allí, o sea tranquilamente en el hostel, tienes que tomar chicha. Lo siento, es una bebida alcohólica, pero madremía québuenaestá.
Día 2. Subida a Monserrate y museos.
Despiértate bien temprano porque el día viene fuerte. Para hoy, tienes dos opciones: si te sientes fuerte de piernas y con energías, ¿por qué no subir al cerro de Monserrate por el sendero peatonal habilitado? El camino, mientras no te desvíes, es seguro y es bastante agradable. Si no, siempre puedes montar en el teleférico que te sube hasta el cerro. Sin duda, las vistas merecen la pena. Aquí puedes encontrar información sobre tarifas y horarios.

Puedes almorzar en Monserrate, aunque yo te recomiendo bajar y buscar algún restaurante barato cerca del Chorro de Quevedo. Allí siempre se encuentran bares para comer mucho más locales y más baratos. Y de ahí, es cuestión de tomarse un tintico o café, ¡y a ver museos!
Dato sobre el café: en Bogotá se dice «tinto» o «tintico» cuando es café solo, y muchas personas lo hacen utilizando aguapanela en lugar de agua normal. Los tintos son muchísimo más suaves que el café solo de España, y está mucho más rico. Si eres cafeterx, ¡tienes que tomarlo así!
Si no eres de siestas y quieres aprovechar muy bien el día, lo mejor es que vayas recién almorzadx a alguno de los museos que hay en Bogotá; date prisa, porque cierran a las 18:00. Yo he visitado tres de ellos, y cada uno es muy diferente:
- Museo del Oro. Este museo es impresionante, porque está repleto de piezas precolombinas de oro, y de historia de las civilizaciones indígenas. Yo pude aprender muchísimo cuando lo visité, eso sí, es enorme y un poco agotador, pero merece la pena. Aquí tienes más info.
- Museo Nacional. Este fue mi favorito, favoritísimo. Aquí tienes toda la historia de Colombia, hasta los sucesos más recientes. Te ayuda a entender muchísimo sobre la situación actual del país. Info sobre horarios y tarifas.
- Museo Botero. Si te gusta la pintura, este museo alberga las obras de uno de los pintores más famosos de Colombia: Fernando Botero. Aquí tienes más info sobre horarios y tarifas.
Lo genial de los museos es que son increíbes y muy baratos: suelen costar, si eres adultx y no vas alguno de los días en los que la entrada es gratuita, unos 4000$, lo que supone alrededor de 1,10€. ¡Merece la pena!
Como seguramente salgas cansadx del museo, toca descansar un poquito en el hostel, cenar algo y… ¡empezar a pensar en rumba! Al ser una zona con bastantes universidades, a partir de los jueves hay bastante vida nocturna juvenil en el barrio, por lo que hay opciones a beberse una pola bien fría en bares y pubs de estilo alternativo que merecen mucho la pena, si te quedan ganas después del largo día de hoy. Y, hablando de cervezas, las BBC (Bogotá Beer Company) son artesanales y están bien buenas, mi favorita es la BBC Monserrate.
Día 3. Más museos y algún que otro free tour
¡Buenos días, amigx! Hoy es tu último día. Ya bien descansadx, si tienes el cuerpo para visitar alguno de los dos museos que te dejaste sin conocer, hoy es el día. Durarás toda la mañana, pero créeme: merece la pena. Si, por el camino, puedes pasear por la Avenida Ambiental y conocer el Parque de los Periodistas, ¡mejor que mejor!

Para una tarde más relajada, después de la paliza de ayer, lo mejor es que reserves alguno de los interesantísimos free tour que suelen ofrecer empresas turísticas y que se reservan en los mismos hostels. Hay uno especialmente interesante, el de la Violencia y la Paz, que yo recomiendo para conocer la historia reciente del país. Ya que venimos, nos empapamos bien.
Para dormir…
Yo no puedo dejar de recomendar jamás el hostel Casa Bellavista. Sólo tengo buenas palabras para este lugar, en el que me trataron como una familia. Los dueños, don Gerardo y doña Nubia, son personas encantadoras, y se encargan de que el ambiente del hostel sea acogedor y todo el mundo esté a gusto e integradx con el resto de lxs viajerxs que se alojan allí. Las camas son lo más cómodo que me he encontrado jamás en un viaje; el desayuno es gratuito y está delicioso; hay café y té incluidos en el precio hasta por la tarde; los baños están muy limpios y las duchas son calientes; en la planta de arriba hay una sala común con hamacas y una mesa con sofás en la que es posible hacer vida común y pasar ratos agradables con otrxs viajerxs. Además, hay ordenadores disponibles con buena conexión a Internet, para quien necesite hacer cualquier tipo de gestión o trabajo. Por no hablar de la ubicación… en plena esquina del Chorro de Quevedo, en un momentico estás ahí bebiendo chicha y poniéndote las botas.

Aunque yo me alojé en Casa Bellavista, en los alrededores hay varios hostels que tienen buenas recomendaciones: Fatima Hostel Dorms, Graffiti Hostel Bogotá, CGH Candelaria Boutique, Masaya Hostel Bogotá, entre muchos otros.
Para comer…
Hay varios lugares donde se puede comer muy bien y puedes probar comidas típicas colombianas, peeeeero si te vas a alojar por La Candelaria, tienes un alto riesgo de que te guirifiquen y pagues más de lo que cuesta un almuerzo rolo al uso. A mí me pasó el primer día, y aunque el patacón me sentó como una gloria, pagué casi tres veces más de lo que cuesta un almuerzo normal completo.
Tras casi dos meses en Bogotá, hay una regla que aprendí y por la que me guié siempre en el resto de ciudades que visité en Colombia: el bar que menos llama la atención es el más rico, el más barato y el más local. Si el nombre del bar se puede ver en letras blancas en un rótulo de Postobon, mejor que mejor.
Un almuerzo rolo normal y corriente, del que toma la gente de allí, suele tener dos platos: una sopa con verduras, arroz, legumbres y carne, y un plato con arroz, plátano frito o tajada, carne o pescado, ensalada y alubias negras, todo esto normalmente acompañado de un vaso de jugo. A mí esta comida me parece una fantasía, adoro comer y los almuerzos colombianos me hacen muy feliz, pero esto es como todo: según el plan de viaje que lleves y tu espíritu vital, esto te parecerá ameisin, o preferirás irte al norte a un restaurante elegante, like a señora bien, señora fetén. En Bogotá, según la zona, hay precios de todo tipo, pero por La Candelaria, un almuerzo de este tipo suele costar entre 6.000 y 9.000 pesos colombianos, aproximadamente, que son entre 1,60€ y 2,40€.
En cuanto a platos típicos, no podéis dejar de probar el ajiaco, el patacón, los buñuelos, las arepas y las empanadas. Mamma mía.
Para desplazarte…
El principal transporte público en Bogotá en el Transmilenio, una especie de autobuses gigantes que más bien funcionan como un metro, con sus propias vías y estaciones. Los transmis suelen estar bastante masificados y son un poquito incómodos por esto, pero es la forma de viajar si de verdad quieres conocer cómo vive la gente de a pie en la ciudad. Lo primero que debes hacer es hacerte con una tarjeta TuLlave en las ventanillas de las estaciones, que vale 5000$ (cerca de 1,40€), y recargarla, contando que 2400$ es un viaje en transmi (0,66€).

Pero, si vas a estar alojadx en La Candelaria y vas a visitar zonas cercanas, te será más fácil y productivo ir caminando, así que quizá sólo tengas que tomar transporte desde el aeropuerto o a alguna zona más apartada. Para eso, tal vez te conviene utilizar Uber o un taxi normal y corriente. Yo, muy a mi pesar por el tema de las VTCs, decidí utilizar Uber por seguridad, ya que los taxis tienen mayores riesgos. Aún así, si decides coger taxi, ten en cuenta que:
- Mejor utilizar aplicaciones oficiales de taxis, como EasyTaxi o TAPPSI, o solicitarlo por llamada antes que tomarlo en la calle.
- Fíjate bien en el número de placa del taxi y en el número de identificación. No cojas taxis que veas que no son oficiales.
- No lleves objetos de valor visibles, e intenta que no se te vea demasiado desorientadx. Seguridad ante todo, por si acaso.
- Haz caso a la gente que vive en la ciudad. Ellxs saben mejor que nadie qué aconsejarte sobre tomar taxis y transporte público.
Si quieres más días…
Hay varias cositas que nos dejamos en el tintero:
- Laguna de Guatavita. Si queréis conocer cómo hice yo este viaje, seguro que os resulta mucho más interesante de lo que pueda decir cual fría guía turística. Sólo deciros que, de verdad, merece la pena.
- Minas de sal de Zipaquirá. Hay quien recomienda Nemocón, y quien se decanta por Zipaquirá. Cualquiera de las dos excursiones son interesantes, porque son impresionantes minas de sal que merece la pena visitar.
- Planetario. Para el Planetario no es necesario salir de Bogotá, se puede ir caminando desde La Candelaria, así que con una mañana o una tarde más, basta para visitarlo.
- Torre Colpatria. Lo interesante de la torre Colpatria es que puedes subir a su azotea y ver las vistas de toda la ciudad al atardecer.
- Mercado de las Pulgas. Este mercado sólo está los domingos, así que si lo pillas durante tu estancia de tres días, ¡tienes que ir! Es impresionante ver todas las reliquias que se venden, y las cosas que puede unx llegar a encontrar.
Bueno, amiguis, a disfrutar ❤